Probablemente, THE INTERVIEW se estrene en la Argentina, tal como se anunció en un principio, como UNA LOCA ENTREVISTA, el 22 de enero próximo. Probablemente, nunca la veamos en salas. Lo cierto es que la película alcanzó tal notoriedad por motivos que, imagino, son por todos conocidos, que me resultó inevitable verla y comentarla apenas estrenada online y convertida en una especie de representante de la “libertad” contra la opresión de la dictadura norcoreana… O algo así.
Son tantos los problemas, complicaciones, despistes y errores que se cometieron a consecuencia de esta película que ya resulta difícil analizarla como tal. Todo empezó con los emails leakeados de ejecutivos y empleados de Sony y varias películas del estudio puestas online por hackers supuestamente conectados con el Supremo Líder Kim Jong-un. A eso le siguieron más amenazas y la cancelación del estreno por parte de Sony a partir del rechazo de las cadenas de cines a proyectarla por motivos de seguridad. Todo culminó –bah, hasta ahora– con la participación de Obama en el debate y la decisión final de lanzarla en unas pocas salas independiente y en distintas opciones de VOD. Tras eso, THE INTERVIEW ya no es una película, es una mezcla de curiosidad y “causa sociopolítica”.
theinterviewLo más llamativo es que es todo lo contrario al tipo de película que podría provocar situaciones de este nivel de caos político internacional. No, no es LOS GRITOS DEL SILENCIO ni THE ACT OF KILLING ni nada parecido. Si bien es potencialmente ofensiva para Corea del Norte, los norcoreanos y en tono de broma se denuncian muchos de las cosas que habitualmente se le achacan a los líderes –tanto al padre como al hijo– de ese país, la propuesta es tan absurda, banal y poco convincente en ese sentido que, como suele pasar, los norcoreanos no hicieron más que darle más publicidad a un producto que de otra manera podría haber pasado bastante desapercibido. No tiene la acidez brutal de TEAM AMERICA ni su delirante y salvaje furia. Es, en ese sentido, mucho más previsible.
Es que THE INTERVIEW, dentro de los parámetros cómicos que manejan Rogen, Goldberg, Franco y compañía (unos de los tantos subgrupos herederos de la “familia Apatow”), tampoco resulta demasiado lograda. Ni es tan ácida como supone serlo ni tan caótica como THIS IN THE END/ESTE ES EL FIN, la previa comedia apocalíptica del mismo grupo creativo. THE INTERVIEW es bastante simple y redundante en lo que respecta la “cuestión norcoreana” y sus mejores partes están en general relacionadas con algunas situaciones y diálogos entre los protagonistas, y entre Franco y el mítico dictador.
Seth Rogen;James Franco;Lizzy CaplanComo en todas las comedias del grupo, hay un elemento de bromance (esa fuerte amistad entre hombres que bordea y parodia una relación gay) que está en primer plano y es cada vez más una jugada consciente de los propios actores y directores. Franco es el conductor de un programa de noticias del espectáculo de Hollywood (del tipo “Exclusiva: Matthew McConaughey tuvo sexo con una cabra”) que es bastante idiota y Rogen encarna al productor del show, un tanto menos imbécil. Su último gran logro es haber conseguido que Eminem diga al aire, en vivo, que es homosexual, lo cual le genera mucha publicidad pero también las burlas de un periodista más serio, viejo compañero de universidad del personaje de Rogen que se ríe de sus “logros” periodísticos a la manera de personaje de THE NEWSROOM.
Pero la dupla se topa con una sorpresa inesperada cuando se entera que Kim es fan del programa de chimentos y, tras unas absurdas negociaciones, consiguen una entrevista con él en su palacio en Pyongyang. La “entrevista” está completamente armada y ellos no tienen libertad de hacer preguntas, pero la cosa se complica aún más cuando la CIA, enterada de que ellos tendrán contacto con el inaccesible dictador, los obliga a cumplir con la misión de asesinarlo de una manera un tanto peculiar. Pero como Franco y Rogen son una versión apenas mejorada de los protagonistas de TONTO Y RETONTO, nada les será sencillo una vez allí.
the interview 3Los mejores momentos de la película aparecen cuando conocemos a Kim, quien lejos de ser un maníaco dictador, da toda la impresión de ser uno más “de los muchachos”, enamorado de la cultura pop norteamericana, fanático secreto de Kate Perry (no quiere admitirlo porque da “gay”, como tomar margaritas). Los momentos entre Kim y el periodista que encarna Franco son lo mejor del filme y dan para imaginar por donde podría haber ido la película de haber buscado ser un poco más sutil y menos tarzánica en su último tercio.
Es claro que Kim, finalmente, no es tan copado como parece ni Franco tan imbécil, pero el caótico desenlace de la película no logra ser demasiado gracioso ni lo suficientemente osado (bah, calculo que si algún norcoreano se la toma muy en serio podría ofenderse de la misma manera que los de Kazajistán podían hacerlo con BORAT). El eje principal de la película, más allá de la misión de asesinar a Kim, vuelve a pasar por la relación entre los protagonistas y este eterno juego/coqueteo de referencias sexuales que empiezan a volverse un poco tontuelas. La cantidad de menciones al orificio anal tal vez sea un récord en la historia de Hollywood pero casi ninguna de ellas logra causar gracia alguna si uno cumplió los doce o trece años.
the interviewSí, ya sabemos, esta idea de la adolescencia eterna masculina (bromas con amigos, bastante sexo, algo de drogas, pero sobre todo… bromas con amigos) es central al humor que manejan Rogen, Goldberg, Franco y compañía, pero por momentos se vuelve excesivamente boba, más allá de que es claramente consciente de serlo. En THE INTERVIEW se vuelve particularmente agotador porque muchos de esos chistes, digamos, no tienen absolutamente nada que ver con el resto de lo que está pasando, más allá de ese gran tema del filme que es determinar si Kim tiene o no un orificio anal…
En síntesis, la película tiene una primera mitad relativamente entretenida y graciosa, pero cuando intenta volverse, a la vez, más política (cuando es evidente que Kim es otra cosa que lo que parece) y caótica, la gracia empieza a perderse y cuesta llegar a los 112 minutos sin desear que acabe un poco antes (uy, dije acabe… LOL!). Si esta película llega a causar algo parecido a una Tercera Guerra Mundial o, digamos, alguna tragedia que exceda conocer los emails privados de los ejecutivos de Sony, sería de un absurdo tal como para generar inmediatamente una secuela que incluya lo que pasó en la realidad con THE INTERVIEW. Después de todo, estoy convencido que los eventos del último mes deben ser bastante más graciosos, ácidos y osados que la película en sí.