Eran Riklis vuelve con una película profundamente conmovedora, una odisea humana entre Israel y Rumania. El Gerente de Recursos Humanos de la panadería más grande de Jerusalén está en problemas: está separado de su mujer, distanciado de su hija y atrapado en un trabajo que odia. Cuando una de sus empleadas, una trabajadora extranjera, fallece debido a la explosión de un hombre-bomba y tras un tiempo su cuerpo no es reclamado, se acusa a la panadería de inhumanidad e indiferencia. Así es cómo el Gerente de Recursos Humanos es enviado a una misión con el fin de enmendar esta situación. A medida que la historia se va desarrollando, él se embarca en un viaje cada vez más complejo, comenzando en las místicas calles de Jerusalén y continuando por la helada Rumania. El Gerente se encuentra liderando un extraño convoy hacia el poblado de la mujer fallecida incluido su hijo rebelde, un periodista latoso determinado a arruinarlo, un cónsul estrafalario, un viejo conductor veterano y un ataúd. Lejos de casa, en una misión con el fin de honrar a una mujer a la cual ni siquiera conocía pero a la que de algún modo aprendió a admirar, el Gerente de Recursos Humanos redescubre su propia humanidad y su real habilidad en preocuparse por los recursos humanos.