MARINA CONTRA EL MUNDO
Marina está de novia con Orlando. Una noche, Orlando comienza a sentirse mal y Marina intenta hacer todo lo posible para llevarlo rápido a una clínica. Sin embargo, Orlando muere de un aneurisma. Este trágico desenlace para una historia de amor podría suceder en cualquier película, pero lo que hace diferente a Una mujer fantástica de Sebastián Lelio es que Marina es una mujer trans y todo lo que sería un duelo natural comienza a ser un acoso por parte de una sociedad que no la acepta y por sobre todas las cosas no acepta los cambios. Así, en este film chileno, la protagonista comienza a sufrir todo tipo acusaciones: los policías que la persiguen por creer que tiene la culpa de la muerte de Orlando, los doctores la juzgan, la familia del muerto la obliga a devolver el auto y la echan del departamento que compartían. Pero ella, sin importarle nada y contra todos, seguirá adelante para poder despedir a su amor.
Una mujer fantástica maneja un registro parecido a algunos films de Pedro Almódovar, haciendo del personaje de Marina eje central y poniendo a su alrededor todos los pruritos que se tiene sobre los transexuales: una identidad que gran parte de la gente no quiere darle, nadie sabe cómo tratarla, le dan la mano o un beso, le dicen su nombre del documento o la llaman por el nombre que ella eligió. Lo bueno de la película de Lelio es que si bien cae en algunos tópicos (la escena de la disco), evita la sordidez y pone a una mujer que sigue para adelante por más que toda la sociedad la juzgue. La película es Marina (enorme actuación de Daniela Vega) y queda representado en el plano final, cuando canta un hermoso tema lírico.