Anoche, en el Dolby Theatre de Los Ángeles durante la entrega de premios Oscar, Chile conquistó un doble hito histórico. Por un lado, la película Una mujer fantástica le dio al país trasandino su primer Oscar a Mejor Película Extranjera. Por otro, su protagonista, la actriz Daniela Vega, se convirtió en la primera mujer trans en presentar a uno de los nominados en el escenario de la mayor ceremonia del cine de Hollywood.
El film de Sebastián Lelio, cineasta nacido en Mendoza pero que se considera 100% chileno ya que vive allí desde los 2 años, enarbola una comprensiva y sensible mirada sobre la temática transgénero. Sin apelar a golpes bajos, ni caer en un tono de denuncia discursiva, la película acaba de desatar un cimbronazo en la arcaica escena política del país vecino. Sebastián Piñera está a días de comenzar un nuevo mandato presidencial, y se jacta de que no liderará la tramitación del proyecto de ley de Matrimonio Igualitario presentado por la saliente presidenta, Michele Bachelet. A su vez, en cuanto a una necesaria Ley de Identidad de Género, Chile acusa también un retraso. Eso sí, a horas del triunfo del film de Lelio, el próximo Secretario de Gobierno, Gonzalo Blumel, afirmó que es necesario avanzar cuanto antes sobre el tema. Más allá del Oscar, Una mujer fantástica ha funcionado como obra catalizadora de las necesidades de la comunidad LGBTQ, en una nación que se ha caracterizado por una larga herencia homofóbica, seguramente producto de sus extendidos períodos de dictaduras militares.
Sin entrar de lleno en el territorio del spoiler, lo que se puede contar es que la oscarizada película comienza con imágenes de las imponentes cataratas del Iguazú. Más tarde, en la trama sabremos algo sobre ese destino, pero desde el arranque esos planos nos introducen en la tempestuosa historia de Marina (Daniela Vega), una mesera trans que tiene una relación de pareja con Orlando (Francisco Reyes), un hombre varios años mayor que ella. La irrupción de un hecho tan trágico como inesperado, colocará a familiares y ex mujer de Orlando en un encarnizado enfrentamiento con Marina. ¿Renunciar o luchar? Sólo hasta aquí conviene adelantar los acontecimientos que desarrolla la galardonada película chilena que actualmente está en cartelera en la Nave Universitaria.
Más allá de su enorme valor cinematográfico, Una mujer fantástica traza una certera pintura sobre los larvados niveles de conservadurismo de buena parte de la clase media chilena. El relato coloca a su protagonista principal en medio de un puñado de encrucijadas, en las que convergen su desgarrador drama intimista y viscerales brotes de resistencia.
El abordaje de la temática trans se enuncia desde el lugar que corresponde en una era como esta, evitando la binaria mirada de género a partir de la genitalidad; y desglosando la vida cotidiana de Marina con absoluta naturalidad. En el camino, Sebastián Lelio va derribando unos cuantos clichés. El vínculo entre un hombre que ha dejado a su esposa para comenzar un romance con una chica trans, no está sujeto estrictamente a lo sexual, sino que se trata de una relación de pareja; una historia de amor desprejuiciada. Un vínculo incondicional, en el que Marina queda en una clara desventaja social, sin ningún tipo de marco legal que ampare la filiación con su novio.
La película no necesita detenerse a despotricar por la falta de igualdad de derechos en Chile. Desde la odisea de su protagonista, se desprende el aguerrido contenido de esta joyita narrada con una sensibilidad fuera de serie para los estándares del cine actual. Una mujer fantástica no se regodea en las desgracias de su heroína urbana, sino que dignifica su historia; que es a su vez la historia de millones de chicas trans en este planeta. Un mundo de color y dolor. Un film arropado de emoción, que a su vez es sinónimo de un cine tan combativo como político.
Una mujer fantástica / Chile-Estados Unidos-Alemania-España / 2017 / 103 minutos / Apta para mayores de 13 años con reservas / Dirección: Sebastián Lelio / Con: Daniela Vega, Francisco Reyes, Luis Gnecco, Aline Kuppenheim, Nicolas Saavedra, Amparo Noguera, Nestor Cantillana, Alejandro Goic, Antonia Zegers, Sergio Hernandez
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