Una Mujer Fantástica: Lo fantástico de la aceptación.
Finalmente se estrena la película chilena favorita a quedarse con el galardón a Mejor Película Extranjera en la próxima entrega de los premios Oscars.
Los últimos años el cine chileno fue brindando grandes películas, Una Mujer Fantástica no es la excepción. El director Sebastián Lelio (Gloria, Disobedience) nos ofrece un relato magnífico que viene a profundizar ese clima de intolerancia, homofobia y creciente discriminación que rodea a las sociedades latinoamericanas contemporáneas.
El largometraje cuenta la historia de Marina (Daniela Vega), una joven camarera aspirante a cantante, y Orlando (Francisco Reyes), veinte años mayor, quienes planean un futuro juntos. Tras una noche de fiesta, Marina lo lleva a urgencias, pero él muere al llegar al hospital. Ella debe entonces enfrentar las sospechas por su muerte. Su condición de mujer transexual supone para la familia de Orlando una completa aberración y buscan apartarla mediante el destrato y un nivel de violencia que va escalando a medida que avanza la trama. Ella tendrá que luchar para convertirse en una mujer fuerte pese a la opinión ajena, e irá combatiendo contra la segregación en busca de la aceptación y el reconocimiento.
Lo primero para destacar del film es la tremenda interpretación que ofrece Daniela Vega. Un papel difícil de encarnar por todo lo que conlleva la narrativa, en la que seguramente haya mucha autorreferencia y catarsis en la interpretación de la actriz, como en todo proceso artístico, puesto que aquí la situación se ve muy sentida y vehementemente construida, en una clara alusión a las experiencias personales.
El guion escrito por el mismo Lelio y Gonzalo Maza nos adentran en una historia de amor que de un día para el otro se convierte, por esas vueltas del destino, en una situación dignas de un policial (cuando comienzan a sospechar de ella en la muerte de su pareja) y luego en un profundo drama con raíces antropológicas y sociales.
El opus de Sebastián Lelio no solo se destaca a nivel narrativo e interpretativo sino que además cuenta con una impecable realización técnica donde sobresale la dirección de fotografía a cargo de Benjamín Echazarreta y la música compuesta por Mathew Herbert que ayudan a construir esa atmósfera opresiva que rodea a la protagonista en busca de una tan merecida aceptación.
Una Mujer Fantástica representa un film de protesta ante la intolerancia y la ignorancia que rodean a la sociedad chilena en particular y al mundo entero en un plano más macro. Una cinta que sorprenderá por su honestidad, sus buenos valores y su decorosa compasión.