“Una Mujer Fantástica” se centra en la relación entre Marina y Orlando, una joven camarera y aspirante a cantante y un hombre 20 años mayor que ella. Una noche, luego de festejar el cumpleaños de Marina, Orlando comienza a sentirse mal, a tal punto de terminar en una sala de emergencias y fallecer poco tiempo después. Pero en vez de poder vivir el duelo como cualquier otra persona, a Marina se la señala como el blanco de sospechas por esta misteriosa muerte. No es porque ella haya hecho algo, sino simplemente porque es una mujer trans y será atacada y cuestionada tanto por la familia de su difunto novio como por todos aquellos que la rodean.
En primer lugar, hay que destacar la maravillosa labor de la actriz trans Daniela Vega, que compone a una mujer fuerte, pero que a la vez vive con esa lucha constante y propia del contexto en el que se encuentra inmerso, donde se discrimina su identidad sexual a través de acciones, miradas, comentarios o simplemente dejándola de lado. En este trabajo de composición del personaje también tiene mucho que ver el mismo director y guionista Lelio, quien le dio una gran riqueza al papel, con muchos matices para explorar.
Es importante que se traten este tipo de temáticas dentro del cine. Si bien son cuestiones que están cada vez más en boga, todavía no se le cedió un lugar tan relevante; no son muchas las películas que abordan estos asuntos. De todas maneras, se siente como que la cinta chilena no busca convertirse en estandarte de una causa, sino que particularmente cuenta la historia de Marina y su situación personal, que tranquilamente podría ser la de otras tantas, pero acá no se intenta luchar por un bien mayor, sino conseguir una aceptación entre los que la rodean.
En síntesis, “Una Mujer Fantástica” es una muy buena película que nos llega de Chile, la cual a partir de un ritmo intenso, incluso con algunos tintes policiales y de suspenso, nos cuenta la historia de una mujer trans que debe vivir ciertas situaciones injustas, discriminatorias y desagradables para luchar por ser aceptada en un mundo en el cual comenzó a abrir su cabeza, pero que todavía le queda un largo camino por recorrer.