Su presentación es dinámica y colorida. Muestra la crisis matrimonial de una pareja cuarentona de clase media. Luego de una cena fallida con amigos, realizan una salida a solas en la que sacan los trapitos al sol y una serie de hechos los pone sobre alerta. Los protagonistas logran una entretenida dupla, cuenta con las buenas actuaciones de Peterson y Silveyra (que muestran su gran manejo del oficio), además de Wainraich que participa en el guión y realiza su primer protagónico. El resto de elenco acompaña bien. Para seguir apostando al cine nacional.