Hola de cierre
Durante una fiesta de beneficencia en el Museo de Brooklyn, el director McPhee (Ricky Gervais) y Larry (Ben Stiller), el vigilante nocturno, montan un show con sus criaturas de cera, piedra y milenaria osamenta que resulta un bochorno. La mágica tabla de Ahkmenrah está funcionando mal y Larry, junto a una serie de figuras históricas como el propio Ahkmenrah (Rami Malek), Atila (Patrick Gallagher) y Teddy Roosevelt (Robin Williams), entre otros, viaja al Museo Británico para encontrar a Merenkahre (Ben Kingsley), el único capaz de restaurar el poder de la tablita. Dentro del gigantesco edificio, la tabla, pese a estar casi “descargada”, revive a todas las esculturas y antigüedades del museo, destacándose el fósil de un triceratops que embiste contra la troupe. En el momento en que la película demuestra sostenerse más en los efectos que en su cotizado elenco (Steve Coogan y Owen Wilson reaparecen como hombres menguantes, toda una metáfora de su contribución), aparece Dan Stevens como Lancelot, una figura de cera convencida de su identidad, cuya plasticidad en el absurdo pone en jaque las dotes del mismo Stiller. Una noche en el museo 3 será recordada por ser la última aparición en la pantalla de Robin Williams; un flaco epílogo para el gran actor y comediante.