Hay que romper la rutina
Si una película se evalúa en función de lo que uno esperaba cuando eligió verla, no caben dudas que "Una noche fuera de serie" es de esas comedias rendidoras que brindan con creces lo que prometían desde un principio.
Hecha esta aclaración -dado que sencillamente no es una película que vaya a ser recordada como una genialidad ni mucho menos-, el guión de Josh Klausner (tiene entre otros en sus manos "Shrek 3") puede tener algunos pero cuenta con una catarata de situaciones hilarantes, muy bien entramadas y que logran su cometido básicamente gracias a dos grandes de la comedia actual americana como Tina Fey (con una importantísima carrera televisiva en "Saturday Night Live" y "30 Rock") y Steve Carell ("Virgen a los 40" "Super Agente 86" y en televisión "The Office").
Ellos encarnan a los Fosters, una pareja con hijos que busca escaparse de la "modorra" de la vida conyugal (máxime que una de sus parejas amigas se acaba de divorciar, a pesar de que eran "excelentes compañeros de cuarto"). Deciden entonces romper la rutina con una salida especial.
Y la planean en un exclusivo restaurant de Manhattan, en el que por supuesto será imposible conseguir una mesa un viernes por la noche. Imposible, a menos que se hagan pasar por otra pareja que tenía una reserva.
El pequeño detalle que no tuvieron en cuenta es que la pareja por la que se hacen pasar, está buscada por unos policías envueltos en un caso de chantaje, corrupción y "maffia".
Persecuciones delirantes, ritmo acelerado y algunos gags completamente desopilantes -brillante el baile de caño de Fey y Carell para salvar su pellejo- van armando esta comedia blanca llena de enredos y situaciones aunque poco creíbles, sencillamente funcionales a que la historia siga avanzando.
Los gags se ven potenciados por el histrionismo y el desparpajo que despliega Fey (que tiene algunas líneas de diálogo divertidísimas de puro ritmo de sitcom -en las que claramente se nota que ella misma dió rienda suelta a la improvisación-) y por la notable química que produce en pareja con Carell.
Todas las situaciones que atraviesan los Fosters, nos terminan pareciendo verosímiles y divertidas gracias a que resultan completamente naturales en manos de esta pareja.
Con un grupo de personajes secundarios que amenizan la tarea (Mark Wahlberg demuestra que puede salir de sus papeles más rutinarios y Ray Liotta nos regala nuevamente un mafioso arquetípico) y un excelente timing alocado, "Una noche fuera de serie" es una comedia fresca, para pasar el rato y para reirse a carcajadas. No mucho más que eso.... que no es poco para los tiempos que corren.