Gloria y honor, sangre sin par
Pese a que la historia es bien básica, hay tensión permanente, y el duelo de Liam Neeson con Ed Harris.
Disfrazarse de Papá Noel suele ser motivo de orgullo. No para Jimmy Conlon, el personaje de Liam Neeson en Una noche para sobrevivir. Y no es que la trama tenga que relación con la Nochebuena. No.
Jimmy Conlon es un pobre tipo, arruinado económicamente, que ruega un préstamo para calentar su hogar, pero el hijo de Shawn Maguire, un mafioso para el que supo hacer trabajos sucios, poco menos que lo humilla si quiere el dinero. Alcoholizado, la reunión de Santa Claus y los niños de la familia no termina bien.
Pero las cosas irán peor en esta tercera colaboración del muy solicitado Neeson como actor de acción con el catalán Jaume Collet-Serra, tras Desconocido y Non Stop (Sin escalas). Es que mata al hijo de Maguire cuano éste iba a asesinar al suyo. Hombre de códigos, Jimmy llama a Maguire y se lo cuenta. El, Maguire y el espectador ya saben lo que se viene, sin que deban recordar el título de la película en castellano.
Sí, es otra oportunidad para que un personaje de Neeson salve el pellejo de un pariente cercano (como en las Búsqueda implacable), pero aquí hay menos temblequeo de cámara, al menos se sabe quién persigue a quién, y quién golpea y es golpeado. Sin ser Una noche para sobrevivir un compendio del manual del buen clásico, el director de La huérfana intenta mantener la tensión todas las horas del título. A veces lo logra, otras la exageración en que ha caído el género de acción lo vence, y se desboca.
A favor de Una noche para sobrevivir está el elenco. De Neeson no hay mucho que agregar, si usted lo ha visto salvando a propios y extraños, sepa que aquí está un poco malhablado, pero sigue siendo un tipo de honor.
Honor y gratitud al gran Ed Harris, el mafioso que ante la muerte de su hijo no entiende de reglas ni códigos y se enceguece en perseguir a los Conlon, él y todo su clan. Harris es de los pocos actores que saben entrar y salir de Hollywood y mantenerse con entereza. No es poco.