Un desvarío que sirve para hacer turismo no convencional por Oriente
Según un texto que abre esta comedia fantástica, en Shanghái se acostumbra enterrar a los muertos en parejas para que estén acompañados en el Más Allá. Esto tiene que ver con la trama, dado que dos amigos un poco marginales son abordados por un espectro que les promete darles la ubicación donde en vida ocultó una importante suma de dinero, a cambio de que ellos desentierren el cadáver del gran amor de su vida, una mujer casada, y envíen el féretro a la provincia donde está enterrado.
Esta trama es una leve excusa para que los dos amigos deambulen por las calles de Shanghái con un cajón a cuestas, a veces divagando filosóficamente, o haciendo todo tipo de tonterías, como por ejemplo ir con el féretro y dos amigas que encuentran en su deambular a una discoteca y un karaoke.
Como manera no convencional de hacer turismo cinemagráfico por Shanghái la verdad es que la película está llena de imágenes atractivas y situaciones simpáticas. El problema es que -aun cuando la película no llega a los 90 minutos- se va volviendo cuesta arriba y estirada por el desvarío narrativo del lunático argumento. En todo caso, la música de Daniel Melingo ayuda bastante.