"No quiero estar tan lejos tuyo. Me siento solo sin poder conciliar el sueño. Te quiero cerca mío en las noches para poder sentir tu calor. Me siento seguro y en paz en tus brazos, y es ahí donde quiero estar."
Si esta peli se hubiera hecho en España, seguramente, la voz invisible que alienta a los protagonistas de esta historia hubiera sido Narciso Ibáñez Menta. Lejos de toda predicción, el fantasma de turno será chino y su historia transcurrirá en Shangai, hace unos años una aldea, hoy una megalópolis en donde ir de un lado a otro lleva entre 2 y 3 horas. La trama diseñada y dirigida por Mauro Andrizzi, tiene parte de docudrama pero es en sí una comedia romántica que nos muestra una cultura lejana y desconocida como lo es la de la China contemporánea.
Se logra un clima por momentos onírico y en otros muy simpático, en donde dos vagabundos, viven de los robos hormiga que les dan para sostenerse en el día a día, una noche les llega un mensaje del más allá: tendrán que unir en "casamiento fantasma" a dos almas que durante su pasaje por la vida terrena se amaron pero no lograron terminar sus días juntos porque ella era casada.
El asunto es más que romántico ya que el "Narciso" chino, les prometerá que si lo ayudan a reunirse con su prometida, a la que tendrán que ir a buscar al cementerio, habrá un rédito material.
Uno pensará que esta pareja de ladronzuelos tendrá como marca sólo este objetivo que los salvará de esa vida que se rige por el dinero, pero ahí está la nota de sabiduría oriental y las aventuras, mitos y ritos que nos irá mostrando esta poco convencional co-producción chino argentina.
El fantasma resulta ser un poco travieso y la guía hacia la meta será una histriónica compañera, que algo se trae entre manos.
Su estreno fue en el BAFICI del año corriente y ahora juega su suerte en la cartelera comercial. Es la quinta película en la que Andrizzi, que estudió guión en la ENERC, dirige y la tercera en la que realiza una producción integral.
En mi opinión está muy bien lograda ya que se rodó en 3 semanas en Shangai, con un equipo que hablaba varios idiomas y todos, chino mandarín. Una curiosidad es que está subtitulada pues los diálogos son todos en chino.
Todo un desafío que merece la pena ser visto en pantalla grande.