No todo es color de rosa
Los irreverentes Glenn Ficarra y John Requa, guionistas de la película Un santa no tan Santo, debutan en la dirección con este inspirado drama (que por momentos amenaza con convertirse en comedia o...¿es al revés?) supuestamente basado en hechos de la vida real.
Una pareja despareja (desacertado título local sobre el original I love you Phillip Morris) cuenta los días de Steven Russell (Jim Carrey en otro rol dramático como en Man of the moon), un hombre casado que sufre un accidente y, al despertar, descubre que es homosexual (de chico veía nubes con forma de pene).
Steven es mentiroso y está buscado por cometer fraude de seguros en Texas. El resultado: la cárcel donde conoce a Phillip Morris (Ewan Mc Gregor), un joven que cumple condena por no "devolver un auto alquilado" y de quien se enamora perdidamente. Russell logra escapar cuatro veces de prisión (de las maneras más absurdas) para luego reunirse con el hombre de su vida. Y todo vuelve a empezar.
El relato pone el foco en el "renacer" y en el tema del "autodescubrimiento" que atraviesa el personaje central para subsistir entre el horror de la cárcel y el mundo lujoso de Florida ("Ser gay es realmente muy caro") al convertirse en un sospechoso asesor financiero.
Su devoción por liberar a Phillip Morris y conseguir una vida perfecta lo lleva a plasmar una estafa detrás de otra. Una pareja despareja es un cóctel atípico y episódico de situaciones que terminan funcionando gracias al andamiaje de mentiras y simulacros (de muerte). Y, sobre todo, por las buenas actuaciones de la dupla protagónica. Jim Carrey tiene escenas fuertes y las sortea cómodamente; Ewan McGregor con su pelo rubio y su tono delicado aporta el tono justo sin excesos y, por último, Rodrigo Santoro (el villano de 300) que aparece en un rol breve pero convincente. El film entrega emoción y lágrimas en una trama en la que no todo es color de rosa.