El catalán Cesc Gay ha realizado algunas películas notables como Krampáck y Ficción, ambos films libres sobre las relaciones humanas, pero también independientes, alejadas de ciertos modos de la mayoría del cine industrial aunque no necesariamente radicales en su estilo. Con Una pistola... apunta a un estilo más accesible y -no se lea despectivamente- “internacional”. Es un relarto coral sobre hombres que tienen problemas con las mujeres y se concentra en el trabajo de sus actores (Leonardo Sbaraglia, Javier Cámara, Ricardo Darín, etcétera). El resultado, como siempre sucede con los relatos corales, es desparejo, pero de todos modos hay algo para destacar y es que Gay logra encontrarle el humor justo a cada situación y -algo que no suele abundar en el cine hispano cuando opta por argentinos- capitalizar las diferencias de tono y formas de hablar para construir a partir de gestos naturales. Justamente en la espontaneidad de las criaturas reside el mayor atractivo de un film que, en principio, parece construido solo alrededor de estereotipos. Por suerte, hay algo más.