Romance exótico y lacrimógeno
Andy Serkis, conocido como el actor de monstruos computarizdos como el Gollum de "El señor de los Anillos", o el King Kong de Peter Jackson, debuta como director con una historia demasiado edulcorada aun si no tuviera nada que ver con este intérprete de personajes macabros. Pero tal vez Serkis haya intentado diferenciarse en su carrera como cineasta de sus trabajos como actor.
"Una razón para vivir" es una de esas películas que hay que ver con el pañuelo en la mano. Andrew Garfield y Claire Roy son una pareja británica perfecta, que se conoce en una Inglaterra casi idílica de los años 50, llena de gente amable y civilizada, juegos de cricket e invitaciones para tomar el té. Lamentablemente, durante su luna de miel en Kenya, el flamante marido cae víctima de un fuerte ataque de polio, y los médicos le dan apenas unos meses de vida. Pero el amor es más fuerte, y la esposa hará lo imposible para que su esposo siga vivo y feliz. El tratamiento de este argumento es un poco elemental, pero no carente de situaciones dramáticas intensas, de buenas actuaciones y hermosos paisajes bien fotografiados. Como debut en la silla del director, quizá no sea lo más arriesgado del mundo por parte de Serkis.