El poder del amor
Una razón para vivir (Breathe, 2017) es una historia real, tan romántica como dramática, que a pesar de su dureza deja esperanza. Andrew Garfield se luce con una interpretación que traspasa la pantalla.
Década del ´50. Robin Cavendish (Andrew Garfield) y Diana (Claire Foy) se enamoran perdidamente. Todo parece marchar a la perfección y están esperando su primer hijo, cuando Robin contrae Poliomielitis. La enfermedad lo deja inmovilizado, pero su esposa decide cuidarlo en su casa e intentar todo lo que está a su alcance para que disfrute la vida a pesar de la situación.
El director Andy Serkis consigue una excelente reconstrucción de la época; desde los automóviles hasta la silla de ruedas y el respirador artificial, completan la ambientación de manera perfecta. Además, la banda sonora es estratégica y genera el clima necesario en cada momento.
Si bien por la temática podría asemejarse a films como Yo antes de ti (Me Before You, 2016) o Bajo la misma estrella (The Fault in Ours Stars, 2014), Una razón para vivir tiene el plus de que el productor es Jonathan Cavendish, único hijo de los protagonistas, quien vivió junto a sus padres el proceso de la enfermedad.
Con actuaciones destacables, Garfield y Foy conforman una pareja que se comunica mucho con la mirada. Y el amor que existe entre sus personajes se evidencia durante toda la película.
Serkis se detiene en una historia de lucha y valentía que marcó un antes y un después en la sociedad. Retratada en forma lineal por momentos, probablemente para ser fiel al género, Una razón para vivir emociona desde lo más profundo.