Robin es un joven que disfruta de los viajes y el conocer otras culturas a nivel global, en definitiva, es un aventurero que disfruta de la vida, logra casarse con Diana, el amor de su vida, pero en un viaje a África Robin contrae la Polio y es ahí en donde su vida corre peligro y los médicos solo le dan pocos meses de vida, eso no será motivo para que los brazos de Robin y Diana cedan, es ahí en donde el amor que ambos se tienen mutuamente se hace más fuerte.
Estamos ante la opera prima de Andy Serkis, uno se pensaba que este reconocido actor (ahora director) iba a hacer su debut con una película de gran presupuesto rodeado de muchos efectos especiales y por supuesto, el traje de captura movimiento, pero no, el director decidió jugársela por un drama basado en hechos reales y la verdad que el resultado es más que satisfactorio.
Andrew Garfield sigue consolidándose como un actor que lo deja todo y acá lo vuelve a demostrar en cada toma, Claire Foy acompaña también magistralmente como l mujer del protagonista que también la lucha por marido y su pequeño hijo contra todas las adversidades que se le presenta.
Andy Serkis compone este drama muy bien, logramos simpatizar con sus protagonistas y ponernos en el lugar de ellos en todo momento de la película, en ciertos momentos podemos encontrar alguno que otro momento con dosis de leve humor que no afectan para nada en la trama, el trabajo de Serkis (reconocido por interpretar a Gollum en “El Señor de los Anillos” y a Cesar en la trilogía de “El Planeta de los Simios”) es para aplaudir, logra transmitir todo lo que debe en una película de estas características, la ambientación de época y el vestuario también son acertados, seguramente sea una de las películas que tenga alguna que otra nominación en la temporada de premios del próximo año.
En definitiva, Una razón para vivir es de esas películas en donde es imposible no derramar alguna que otra lagrima, una película en donde el trabajo es realizado muy correctamente en todos los aspectos.