Su desarrollo se centra en una historia de amor, un melodrama romántico con un plus basada en hechos reales sobre la vida de Robin y Diana Cavendish. Son buenas las actuaciones de Andrew Garfield y Claire Foy, ellos tienen muy buena química. El director para resaltar algunos momentos importantes hace un buen montaje a través de la cámara lenta resaltando diferentes situaciones, mostrando sus rostros, miradas, sonrisas y el movimiento del viento que acompaña alguna cabellera.
La música acompaña muy bien en algunos tramos al igual que la fotografía de Robert Richardson (“Bastardos sin gloria”, “Django sin cadenas”), locaciones y ambientación de época. Este film conmueve, pero también hubiese funcionado muy bien como un documental. Ya hemos visto películas con temáticas similares como: “La teoría del todo” y “Amigos intocables”, entre otras.