La garota rebelde
El cine social no está exento de caer en dos zonas peligrosas, una la idealización de sus personajes o la estigmatización de clase. Tampoco de un aspecto de fábula o cuento moral detrás de una historia por más mínima que esta sea, pero una de las cualidades es, sin lugar a dudas, el mensaje por encima de la forma. Es en ese sentido que la película Una segunda madre -2016-, de la realizadora Anna Muylaert encuentra un equilibrio entre contenido y fondo.