Mar de fondo
Con el film Hermanos, que tuvo una versión norteamericana y se publicó en nuestro país por el difunto sello 791, la danesa Susanne Bier conformó un cine de autor accesible en el formato, de cuidada, cuando no bella, fotografía y actores, en lo formal, igualmente impecables, pero con un denso mar de fondo. Sus incómodos, hipotéticos planteos, a contramano de la pulcritud nórdica, tienen un virulento retorno en Una segunda oportunidad, tras la comedia negra light Todo lo que necesitas es amor.
Andreas (Nikolaj Coster-Waldau), un atildado oficial de policía, tiene entre cejas a Tristan (Nikolaj Lie Kaas), un marido golpeador en libertad condicional. Su furia se incrementa al descubrir que Tristan sigue golpeando a su mujer y maltratando al bebé de ambos. Pero en su cómodo hogar burgués, las cosas no funcionan mucho mejor. Su relación con Anna (Maria Bonnevie) es en verdad tirante bajo los buenos modales, y la obsesión por el hijo de Tristan lo lleva a delinquir, a apropiárselo para darle otra oportunidad. La austeridad de la realización permite, aparte del disfrute, diversos interrogantes que, como todo film inteligente, no tienen fácil respuesta.