La sinceridad ante todo
Es inevitable ver esta película y pensar en muchas cosas. Una Segunda Oportunidad, la película de Nicole Holofcener, en principio tiene la particularidad de ser el último trabajo de James Gandolfini antes de su prematura muerte. Pero más allá de ese triste evento, se trata de una comedia romántica con esas temáticas que parecen llegar a todos por identificación, por espejo, a pesar de no compartir la vida y esos inconvenientes.
En esta película se encuentran dos personas con historias de vidas similares que logran una conexión sin problemas y naturalidad, pero donde los prejuicios y los miedos les evitan concluir esa unión como debería ser. Los personajes de Eva (Julia Louis-Dreyfus) y de Albert (James Gandolfini) chocan con sus miedos y su pasado, y es justamente en ese conflicto donde está lo rico de la película. Ambos tienen hijos que se alejan de su casa a la universidad, un primer matrimonio fallido y trabajos que los hacen felices para vivir pero no los completa. Sin embargo, en la misma fiesta que se conocen, Eva conoce a la expareja de Albert, Marianne (Catherine Keener), una destacada poetisa con la cual empieza a trabajar y a establecer una relación de amistad.
Eso le arruina el amor a Eva, porque Marianne comenta las malas conductas y la torpeza de su exmarido con mucha saña, retratándolo como un perdedor sin solución. No se puede culpar al personaje de Eva por considerar y escuchar la experiencia de su nueva amiga, en definitiva sin ello no habría historia. Pero esta película con moraleja deja un mensaje contundente, ciertamente un poco individualista pero no por ello de cierta verdad, se trata de evitar los comentarios negativos y vivir, de dejar un poco de lado las voces que dicen tener la verdad de todo. Sobre todo en una época con tantos mensajes y redes sociales dando vueltas.
Antes de ver la película, yo pensaba que la trama haría demasiado hincapié en la torpeza y los errores de Albert, como toda comedia romántica, sin embargo, el objetivo apunta a otra cosa. Porque también hay que considerar quien enuncia esas críticas, su mala predisposición y ensañamiento por cualquier acto. En definitiva, Enough Said no invita a dejar de escuchar a esa venenosa o a categorizarla como una mala persona, pero deja entender que la subjetividad de cada uno a veces se ve manchada por un arrastre de conflictos internos. Marianne se apega a Eva porque dice que no tiene demasiados amigos, como un guiño para darle la razón a Albert de que sus problemas no son tan graves.
James Gandolfini interpreta un personaje querible en todos los aspectos, a pesar de su desorden o su sencillez aparatosa. Eva no tiene problemas con ello, pero como dicen en la película, su mirada se envenenó. Al mismo tiempo el conflicto de ambos con sus hijos rodea un poco la trama aunque de formas diferentes: por un lado la hija de Albert, un poco más sociable y snob, no tan cercana a su familia se enfrenta a un padre cariñoso preocupado por dejarla ir sola hacia su vida. En cambio, el conflicto de la hija de Eva es diferente, debido a la cercanía que logra su amiga Chloe con su madre, surgen los celos por la atención y afecto.
En definitiva es una película que trata sobre la búsqueda y la falta de afecto, a nivel familiar y a nivel sentimental, donde muchas veces los prejuicios y los temores prevalecen. El conflicto de la película abre este problema y su diferenciación de otras historias justamente es que no siempre es todo tan perfecto y tan final feliz. La vida es difícil y dura a veces, por esa sinceridad se destaca Enough Said.