Quién dijo que todo está perdido
La directora y guionista Nicole Holofcener concreta una narración sencilla y eficaz a partir de un guión ingenioso y atractivo, apoyándose en un elenco que concreta interpretaciones de gran nivel. El resultado es una comedia amable y llevadera, sumamente divertida y llena de elementos interesantes para los espectadores.
Al comienzo parece ser un relato más del encuentro entre dos seres de alrededor de 50 años que buscan la segunda oportunidad a la que hace referencia el título en español del filme, pero tanto el tratamiento de los personajes como la estructura de la trama le dan rápidamente identidad propia a la narración. El hallazgo de la directora y guionista estriba fundamentalmente en el hecho de presentar una serie de escenas en las que parece no pasar nada extraordinario, pero que le permiten al público experimentar la sensación de estar asomados a la intimidad de una serie de personajes a medida que la trama se desarrolla ante sus ojos. Todo lo que acontece en la pantalla resulta creíble y natural, al punto de que los actores no parecen tales por la tremenda cotidianeidad de las situaciones que se plantean. No hay cambios en el tono de la narración, que fluye sin tropiezos adornada por pequeños (y eficaces) chispazos de ingenio en los diálogos y que conduce a un desenlace que resulta absolutamente coherente con el planteo general del filme.
Julia Louis-Dreyfus ya demostró hace tiempo que no se estancó en la deliciosa Elaine de la serie televisiva “Seinfeld” (o de la exitosa “The new adventures of old Christine”), y aprovecha el personaje que diseñó Holofcener en el libreto para entregar una interpretación sobria y eficaz, llena de pequeños gestos sabiamente intencionados. James Gandolfini deja una composición entrañable, como tantas otras que jalonan su impecable carrera actoral, truncada por su temprana muerte a mediados de este año. Catherine Keener y Toni Collette se las ingenian (como siempre) para sobresalir entre el elenco desde sus papeles secundarios pero fundamentales para la trama. Si bien es cierto que el guión es uno de los pilares del filme, no lo es menos el hecho de que la inspirada elección de los actores para cada uno de los roles potencia decisivamente los valores de esta comedia agradable, sensible y sumamente entretenida.