El duelo puede vivirse de muchas maneras. Encerrarse en una casa, obsesionarse con el cuidado de los bienes, permanecer impávido ante la rutina, también puede ser una opción. Nada está dicho ni establecido.
Esta propuesta israelí desnuda el dolor de una pareja, la importancia de la preservación individual ante todo, y la clara convicción de enfrentar, durante el período de una semana y un día, todo aquello que se supone que se debe ajustar a la situación.