Me cae bien Tom Holland. Creo que es un tipo talentoso. Y la industria ha detectado que tiene un grupo de seguidores enorme, merced a su trabajo en «Spider Man». Es así que era esperable que le llegaran propuestas dentro del género familiar para aprovechar su popularidad en la taquilla. Así es que finalmente, después de mucho tiempo de pre-producción, llega a nuestras salas «Uncharted», versión fílmica de un videojuego al que los gamers de todo el mundo, aman.
De hecho, algunos que estaban en la función en la que ví la cinta, estaban realmente enojados con la adaptación que veían, la edad del protagonista… Y yo, que no jugué nunca «Uncharted», descubría bastantes clichés relacionados a aventuras clásicas de los 80′ como la saga de «Indiana Jones». Un entorno desafiante, buenos efectos en relación a los combates y un relato, simple… efectista. Pero mis colegas seguían enojados porque, en sus términos, «no respetaba la esencia del juego original».
Sí me pasó de ser jugador, en cambio, de la saga «Resident Evil» de Capcom muchos años. Y cuando me tocó ver, especialmente la última entrega, me gustó volver a esos lugares del primer juego de Playstation 1. Lo disfruté, realmente, más allá que la peli no es un concierto de virtudes y tampoco es un film memorable. ¿Por qué digo esto? Creo que hay que tomar el concepto detrás de las generalidades que ofrece «Uncharted» y respetar la adaptación de guionistas y director. Hay trazos gruesos de los personajes, un universo familiar a los seguidores de la saga y no mucho más.
Y no creo que importe. Porque al final de cuentas, la recordaremos (y habrá segunda parte si la taquilla es buena) por lo que es y de dónde viene, o cuál es su fuente de inspiración. Desde ya, la mayor parte de películas inspiradas en videojuegos son de discretas para abajo pero… no es el caso. Esta «Uncharted» es entretenida.
La historia es la de nuestro amigo Nathan Drake (Holland) quien es un aventurero conflictuado que será convocado a ser parte de la búsqueda de un tesoro, por Víctor «Sully» Sullivan (Mark Walhberg). Dicha tarea, será obviamente en escenarios interesantes, con una adecuada dosis de acción y gran despliegue visual. Walhberg luce mejor de lo esperado, tiene más humor que Holland, quien parece atado a su rol de ídolo teen arácnido.
Los villanos, son nombres desperdiciados (con Antonio Banderas a la cabeza) y el sentido de la trama, es hacer un recorrido de aventura mientras internamente, Drake, hace su proceso para resolver los temas que tiene con su hermano de hace un tiempo atrás.
El director de «Venom», Robert Fleischer, intenta dotar a su relato de todos los elementos que conocemos en sus films anteriores («Zombieland», sin ir más lejos) pero falta química en la pareja central para mostrarse como una «buddy movie» de primera línea. Lo es, por una cuestión de presupuesto, no de calidad.
Si buscan un rato de esparcimiento sin mayores expectativas y no se conflictúan porque la propuesta, no está «a la altura del videojuego», tienen vía libre para verla. Insisto, está debajo de lo esperado (por elenco, director y producción), pero teniendo en cuenta la realidad de esta cartelera «post-pandémica», pueden considerarla una opción válida.