Está basada en la primera novela de Guy de Maupassant, dirigida por Stéphane Brizé con una gran actriz protagonista, Judith Chemla. La vida de una mujer que pertenece a la nobleza provinciana, que luego de haber estudiando internada en un convento regresa a la tranquila y plácida vida con sus padres. Un gran contacto con la naturaleza, el cultivo de sus propias verduras, la lectura, el ocio. Pero ese mundo perfecto esta destinado a ser perdido. Un matrimonio conveniente, un hijo y cuando todo parece a la medida de sus sueños, ella descubre dolorosos engaños, de su marido con su doncella, una chica con la que compartió toda su vida, un secreto de su madre, el perdón al marido y una nueva infidelidad que terminara de manera trágica y un hijo que solo sabrá demandarle dinero hasta llevarla a la ruina. Pero esa mujer azotada por su destino que se mostrara como al pasar, con la importancia de los detalles, la voluntad de resistir, la terquedad de la dignidad, Todos los acontecimientos se muestran como gajos de memoria, momentos intercalados con la arbitrariedad de los recuerdos, pinceladas de dolor profundo y una manera única y sutil de resistir aun hasta las últimas consecuencias. Los hechos y la belleza de la naturaleza se entrelazan, igual que los tiempos de esa vida que encontrara una salida a la esperanza más sencilla. El director encuentra la intensidad en las pequeñas cosas, en esos detalles que marcan una vida, una espera que puede ser interminable, una solidaridad que llega cuando menos se la espera, los raptos de locura.