Martín Desalvo sale airoso de un desafío de marca mayor: Una película de época, personajes que de alguna manera representan todas las corrientes del peronismo y que luego cumplirían un destino insospechado, con grandes ecos en la actualidad, polémicas inevitables, realizada con brío, como una película carcelaria, donde todo se percibe intenso y verdadero. Se baso nada menos que de los hechos históricos de la fuga de la unidad 15 de Río Gallegos en l957, cuando cuatro personajes distintos, unidos por la certeza de un pronto fusilamiento de parte de la “revolución libertadora”, responsable de la caída del segundo gobierno de Perón, deciden un destino desesperado y exitoso. Se trata nada menos que de Héctor Cápora, Guillermo Patricio Kelly, John William Cook y Jorge Antonio. La vida en ese penal, las reacciones de cada uno, las discusiones ideológicas y practicas, los arreglos, las reacciones, entretejen una acción interesante y rica con un buen guión de Francisco Kosterlitz y Martiniano Cardozo, con una buena dirección de arte de Rocío Moure y una ritmo enérgico que le escapa a todas las trampas de los films sobre el pasado y su pintoresquismo y esquematización, que suele mostrar a los humanos como “estampitas” de lo histórico. En eso se luce Desalvo y cuenta además con grandes actores que pulieron sus personajes. Lautaro Delgado es un enigmático y práctico Jorge Antonio. Carlos Belloso es Cámpora, quebrantado en su salud, formal y solidario. Rafael Spregelburd es un Cook que tiene grandes dudas y diferencias, y Diego Gentile toca la cuerda exacta de un pragmático y partidario de acciones violentas como su Kelly. Entretenida, interesante.