El director Martín DeSalvoconstruye un sólido relato carcelario sobre un hecho político poco conocido y ocurrido en 1956, transitando con comodidad los resortes dramáticos de una historia que combina suspenso, encierro y traiciones.
Los dirigentes Héctor Cámpora -Carlos Belloso-, Jorge Antonio -Lautaro Delgado-, John William Cooke -Rafael Spregelburg- y Guillermo Patricio Kelly -Diego Gentile- son trasladados a la Unidad XV en Río Gallegos en el marco de la Revolución Libertadora y luego del derrocamiento de Perón.
Con un registro en blanco y negro que transmite la angustia y palidez de los presos, el filme tiene el acierto de generar tensión e interés al confinar a cuatro hombres disímiles entre sí en sus ideales políticos y unidos para poder escapar de un sistema carcelario corrupto -el director del penal es Germán Da Silva- y de un guardia sin escrúpulos.
Entre el deteriorado estado físico de Cámpora hasta el primer intento de fuga de Kelly y la aparición de Esmeralda -Mora Recalde-, la esposa de Jorge Antonio que cumple un rol fundamental en la trama y cuyos bienes fueron expropiados por la Revolución Libertadora, decide dejar la comodidad de su hogar y viaja para ayudar a su marido.
Cuatro personajes importantes de la historia peronista intentan sobrevivir al frío del lugar, a las paredes descascaradas, al maltrato y a la comida que reciben como premio, aún sabiendo que su destino es la muerte.
En el contraste entre los planos abiertos y el espacio claustrofóbico reside la riqueza de un relato que si bien es de tints políticos nunca deja de lado el cine de género. A la correcta ambientación de época se suman las convincentes actuaciones, entre confesiones, compañerismo y la ayuda menos pensada que potencia el suspenso de la propuesta.