Un pasado con olor a presente
Unidad XV (2018) relata la historia de una fuga, pero Martín Desalvo elige narrarla como un film político más que como una película de género, aunque sin olvidarse de lo que en realidad es y donde también hay referencias al western y al thriller carcelario.
Basada en un hecho real ocurrido en 1956, la Unidad XV era la prisión de mediana seguridad ubicada en Río Gallegos de la que se fugaron cuatro destacados dirigentes peronistas (Guillermo Patricio Kelly, Jorge Antonio, Héctor Cámpora y John W. Cookeque) durante el contexto de la Revolución Libertadora.
La historia comienza cuando los cuatro hombres ingresan a la cárcel y termina cuando logran escapar con ayuda de un guardia cárcel. Y si bien la fuga es el corazón de la película no es aquello que la mantiene viva. Desalvo propone un film político, intimista, con el eje puesto en las relaciones humanas, con diferencias y semejanzas, entre cuatro personajes relevantes de la historia peronista (y argentina) que simbolizan vertientes ideológicas muy distantes entre sí, pero que unidos pudieron ganarle (o al menos engañar) al enemigo de ese momento.
Film épico, fotografiado con colores desaturados, añejos, con una estructura elíptica, está sostenido por cuatro actores que no buscaron imitar a los personajes reales sino que los crearon e hicieron propios. Lautaro Delgado (José Antonio), Rafael Spregelburd (Cookeque), Diego Gentile (Guillermo Kelly) y Carlos Belloso (Cámpora) entendieron que la credibilidad de sus personajes pasaba por la construcción y no por la copia en la que muchas veces se cae. Un estereotipo común en las películas biográficas donde la comparación resulta inevitable
Presos políticos, traiciones y lealtades, derrotas y triunfos, alianzas y roturas, Unidad XV tiene todos los ingredientes del cine carcelario para hacerla entretenida, pero también aquellos que la vuelven una película política que hoy se resignifica, en donde el peronismo tiene un rol central, y lo que muestra puede leerse como una metáfora de la actualidad. Salvo la fuga, claro.