Una carta a la nostalgia por los tiempos mágicos y una caricia al aprendizaje
Parece redundante decirlo cada vez, pero es que la frase "Pixar lo hizo de nuevo" le cabe regio al estudio del logo de la lámpara de escritorio pase el tiempo que pase. Por supuesto que puestas a comparar unas con otras habrá discrepancias entre cual, o cuales, son mejores, pero todo dentro de un universo que va de lo bueno a la excelencia, aunque habrá que quitar del canasto de los juguetes algunas secuelas. Nadie es perfecto.
“Unidos” es la historia de Ian (Tom Holland) y Barley (Chris Pratt), dos hermanos elfos que habitan un lugar otrora lleno de magia, duendes, hadas y fantasía. pero que ha perdido todo eso en este presente aciago. Viven con su madre Laurel (Julia Louis-Dreyfus) que se desvive por ellos. Barley es un fanático del Rol Game, o Juego de rol medieval para ser exactos. Un experto en todo lo concerniente a la mitología de ese entretenimiento que alguna vez (¿antes de la globalización capitalista?) fue real en ese mundo alejado del presente. Pero además es confidente, seguro de sí mismo y lleno de amor atolondrado por su madre y su hermano menor. Ian es introvertido, tímido, carente de autoestima, y si bien quiere a su familia está en la edad de sentir cierta vergüenza cuando su vínculo está expuesto al resto de la sociedad. Ninguno de los dos, a su manera, ha podido dar vuelta la página respecto de la falta del padre, fallecido cuando ellos eran pequeños.
En un regalo entregado por su madre los hermanos descubren un hechizo antiguo que al pronunciarlo les devuelve a su padre por el lapso de 24 horas, pero algo sale mal y sólo aparece la mitad de la cintura para abajo. Ambos tienen un día para obtener el elemento que complete el truco y poder volver a ver a su padre, y acaso compartir ese tiempo que nunca tuvieron cuando niños.
De esta manera, al cuarto de hora de empezado el primer acto ya sabemos que esta aventura es como el boomerang del argumento de “Buscando a Nemo” (2003) en el cual era el padre quien iba en busca de su hijo. El fabuloso guión de Dan Scanlon, Jason Headley y Keith Bunin trabaja sobre el vínculo entre los hermanos de manera frontal y sin eufemismos. pero apelando a una fórmula que funciona desde afuera hacia adentro, es decir primero desde lo físico y luego hacia lo emocional, acaso como ocurre en la vida misma. Lo sutil de la historia va socavando de a poco hacia la emoción del espectador porque mientras todo va en dirección al encuentro de su papá, la vertiente profunda de “Unidos” es la de cómo Ian y Barley empiezan a conocerse entre sí, y eventualmente elegirse en este paso de la adolescencia a la adultez.
Hay tantos guiños a J.R.R. Tolkien y al cine de los ‘80 (especialmente a Steven Spielberg, Joe Dante y Robert Zemeckis) que padres y madres criados en esos años tendrán con qué identificarse también en escenas que no conviene adelantar. Por supuesto que la estrella es la relación padre-hijo a la cual Dan Scanlon le rinde un sentido y emotivo homenaje. También hay lugar para reflexionar sobre la identidad y esa llama interna que se convierte en el propósito de estar aquí y ahora; todo al ritmo de una aventura que se fusiona claramente con el espíritu de las road movies y esos viajes iniciáticos que se resignifican con el paso del tiempo.
El sentido del humor en “Unidos” está ya más emparentado con el humor que enormes dibujantes como Chuck Jones, Robert McKinson o, en menor medida, Tex Avery supieron endilgarle a los cortos animados de los ‘40 y ‘50, sin que por ello se vea afectada la calidad de los diálogos cuando estos profundizan el mensaje. Para una forma u otra, la banda de sonido de Jeff y Mychael Danna es fundamental. una preciosa composición.
“Unidos”, menos perspicaz como traducción de su título original que sería "En adelante” o "De aquí en más", se constituye como una carta a la nostalgia por los tiempos mágicos (la imaginación en la infancia casi siempre es así), un tributo al sacrificio por el otro, y una caricia al aprendizaje frente a las carencias. Imperdible.