Unidos es la película telonera de Soul, el gran estreno que tiene previsto Pixar para la temporada de las vacaciones de invierno y está destinada a un público más maduro.
En este caso ofrecen una propuesta familiar olvidable que reúne todos los clichés asociados con esta productora que hace años dejó de representar la gran vanguardia en el género de la animación CGI.
En el pasado se podía percibir una superioridad notable entre los proyectos de la compañía y la competencia y la realidad es que hoy el desempeño de los estudios es mucho más parejo.
Sin ir más lejos, la última entrega de Cómo entrenar a tu dragón, de Dreamworks, presenta un espectáculo visual completamente superior a Unidos que integra esas películas de segunda línea de Pixar, como lo fueron El buen dinosaurio y las continuaciones de Cars.
Cumple para entretener un rato a los más chicos pero carece de alguna cualidad notable para resaltar.
El concepto de la historia sobre la desaparición de la magia y el contraste con el uso de la tecnología era interesante pero lamentablemente terminó saboteado por el catálogo de lugares comunes que contamina esta producción.
Otra vez nos encontramos con personajes que lidian con la muerte de unos de sus padres e inician una aventura de autodescubrimiento personal en la que aprenden una lección de vida.
Para variar los protagonistas tienen personalidades opuestas y deben viajar a un lugar específico para resolver sus problemas.
La misma premisa con la que Pixar viene robando desde Toy Story.
Tampoco está ausente ese tono depresivo que suelen tener los relatos del estudio y el infaltable “momento Coco” que intenta hacer llorar a los espectadores.
Cuando estos elementos cobran fuerza en el relato te das cuentas que Unidos es un film sin inspiración que hicieron para tener presencia en la cartelera antes del estreno de Soul.
Dan Scanlon, responsable de Monster University, no presenta ninguna evolución como realizador y ofrece otra película genérica del mismo nivel.
A lo largo del conflicto no desarrolla con ideas creativas el mundo de fantasía que ambienta la historia ni hace el mínimo esfuerzo por desvincularse de la fórmula argumental del estudio que ya se volvió predecible.
Si bien no es una película terrible e inclusive en el momento de su visionado podés llegar a pasarla bien, tiene la enorme desventaja de repetir demasiados conceptos que esta productora explotó hasta el hartazgo.
Pixar tiene que darle un descanso de por lo menos diez años a los familiares fallecidos en estas historias y empezar a crear personajes diferentes que lidien con otras cuestiones. Ya hicieron llorar a todo el planeta con Coco, llegó el momento de orientar los contenidos emocionales por otro rumbo.
Aunque las interpretaciones en piloto automático de Tom Holland y Cris Pratt son correctas tampoco consiguen que nos encariñemos con estos personajes que no brillan precisamente por su carisma.
Los hermanos elfos son simpáticos pero cuesta imaginar que despierten pasión de multitudes en el público infantil.
En resumen, un film que se deja ver pero difícilmente sea recordado entre los grandes estrenos del año dentro del género de animación.