"Unidos", un mundo lleno de maravillas.
Hace mucho tiempo, el mundo solía estar lleno de maravillas. Gracias una vez más al talento y la originalidad de los estudios de animación Pixar, esas maravillas siguen al alcance de todos. Es por ello que a través de un nuevo film original, nada de precuelas o secuelas como cada vez tiende más la casa de la lamparita, se logra un inmenso despliegue de renovación de la fantasía clásica. Con Unidos, el director Dan Scanlon (responsable de la olvidable Monsters University) se sirve de la mística y la épica de la fantasía para traerla nuevamente a la vida… bajo la mirada de los tiempos modernos.
La historia toma lugar en una tierra colmada de criaturas mágicas que alguna vez fueron sinónimos de leyendas y protagonistas de valerosas aventuras. Pero el paso del tiempo y la llegada de la tecnología hicieron lo suyo para que todo ello quede prácticamente en el olvido. Es entonces que ahora las pequeñas señales de la magia en este mundo quedan relegadas a unicornios que revisan la basura en busca de comida, un dragón domesticado como mascota o la mitológica Mantícora como propietaria de un restaurante. Pero esos pequeños atisbos de lo que alguna vez son los que recupera Unidos dándole valor a la aventura, y más importante aún, a los lazos familiares.
Ian Lightfoot (Tom Holland) es un elfo de 16 años que lidia con los temores e inseguridades típicas de su edad a la vez que con la ausencia de su padre, quien falleció cuando él era pequeño. Mientras que Ian es alguien retraído y con los pies en la tierra, su hermano mayor Barley (Chris Pratt) es un extrovertido apasionado por los juegos de rol, la historia del mundo mágico y la velocidad de su estruendoso corcel… una desvencijada camioneta. Los dos hermanos emprenderán un viaje hacia la aventura luego de heredar un báculo que les permite traer a la vida por 24 horas a su padre. O al menos parte de él. Con solo habiendo podido revivir la mitad inferior (un par de piernas que son un gran cómic relief), estos dos elfos y medio deben ir en busca de la gema necesaria para completar el hechizo antes de que culmine el tiempo.
Pixar construye con maestría este viaje de padre e hijos, o más bien piernas e hijos, dotado de ideas originales y mucha comicidad. Un balance perfecto entre la épica fantástica y la comedia de enredos a lo Fin de semana de locura. Sin embargo todo ello no es más que una excusa para depositar el foco, y por lo tanto el corazón del film, en la relación fraternal de los protagonistas. La dinámica y el vínculo entre hermanos muchas veces es motivo de conflicto, sin ser una excepción a la regla la relación entre Ian y Barley se hermana (justamente) entorno a las diferencias y las uniones expuestas en su viaje. Mientras que la presencia del padre de ambos se vuelve un divertido elemento de comedia física, la aventura toma como forma e interés de desarrollo la emoción fraternal nacida de ambos protagonistas.
El film pone como eje central la acertada demostración de que las ideas de los vínculos o etiquetas familiares trascienden muchas veces al rol preestablecido. Es así como Ian dentro de su crecimiento interno gana el entendimiento suficiente para ver en Barley un hermano, un amigo y la muy necesitada figura paterna que siempre estuvo allí. De manera simple, efectiva, pero elevada gracias a la enorme pasión y sentimiento con lo que todo es dotado de vida, Unidos le regala al espectador la capacidad de volver a creer en la magia. Todo ello funciona perfectamente, con grandes persecuciones de hadas motociclistas o el ataque de un dragón de concreto, siendo quizás lo menos efectivo el arco paralelo de la madre elfo Laurel (Julia Louis-Dreyfus) que busca a sus hijos junto a una Mantícora (Octavia Spencer). Pero la historia no lo hace únicamente gracias a la originalidad con la que se conforma la aventura llena de peligros y diversión, sino que guarda mayores intenciones en su aparente simplicidad narrativa.
El film despierta lo mágico en el relato y el espectador haciendo uso de la aventura para desnudar a los personajes emocionalmente, con sentimientos tan reales como lo es un centauro o un gnomo dentro de ese mundo. Unidos no es definitivamente una de las mejores producciones de Pixar, pero es a raíz de su simple construcción y de apelar a una cálida sensación de bienestar, que el film de Dan Scanlon cuenta con el gran corazón que describe a esta clase de propuestas. La caótica travesía de Ian y Barley hace que la magia perdida comience a despertar de apoco y, de igual manera, a medida que se afianza el vínculo entre hermanos, el público logra una cercanía con su capacidad de creer en lo fantástico. Lo vuelve consciente de las maravillas del mundo, incluso de las más simples e importantes, como el abrazo de un ser querido.