La magia de creer.
Ya hace mucho tiempo que los estudios Pixar se ganaron un lugar de privilegio en el mundo del cine animado, debido a sus altos estándares de animación, de estética, de enseñanza, y por la gran manera de narrar lo que tienen para contar. En este caso, Unidos (Onward) no es la excepción a la regla.
Protagonizada por los entrañables Tom Holland y Chris Pratt (estrellas del MCU) y dirigida por Dan Scanlon (Monsters University, Cars) Unidos es una película que se desarrolla en un universo donde criaturas fantásticas como centauros, sirenas, elfos, hechiceros y dragones, han dejado de lado sus viejas costumbres legendarias y conviven en un mundo moderno, capitalista, el cual se rige por las reglas civiles que conocemos y practicamos cotidianamente.
La historia surge a partir del cumpleaños número 16 de Ian Lightfoot (Tom Holland), un elfo adolescente con dificultades para socializar y con miedos a los que no se anima a enfrentar, cuando recibe un regalo de su padre ya fallecido que tendrá que compartir con su hermano mayor Barley (Chris Pratt), un joven y disparatado adulto fanático por las culturas fantásticas del viejo mundo, que a contrario de Ian, no le teme a nada. Este regalo que reciben ambos por ser mayores de edad, es ni más ni menos que el don de la magia (representado en un báculo estilo Gandalf), un arte ya extinta que el mundo moderno ha dejado en el pasado. Junto con el báculo reciben también las instrucciones para realizar un poderoso hechizo, que consiste en traer a su padre de regreso sólo por día. Tras varios intentos fallidos, Ian descubre sus dotes mágicos y consigue revivir a su padre pero solo desde los pies hasta la cintura. Es así como los hermanos elfos, a medida que descubren la magia, enfrentarán varios caminos y retos con el objetivo de cumplir una sola meta: lograr el hechizo para recuperar la otra mitad de su padre.
La película se desarrolla al principio con un ritmo lento, pausado, y por momentos bastante obvio, pero que aun así, funciona para presentar no sólo a los personajes, sino también sus ideas, sus inseguridades, y sus metas. Una vez develado el conflicto, la película toma otro camino. Un ritmo más elevado y fugaz nos permite comenzar a empatizar con los personajes y con el contexto de la historia, el cual desde el inicio causaba un poco de ruido.
A medida que el film va llegando al final, logra tocar la parte más sensible del espectador, provocando así un cariño por los hermanos aventureros que al principio nos costaba reconocer. El final, a pesar de los últimos 5 minutos innecesarios, logra cautivar al público; manejando los hilos narrativos con sobriedad y melancolía, y promulgando enseñanzas sencillas pero amorosas, consigue visibilizar el amor que tenemos a nuestros seres queridos, sobre todo a la familia.
Con una fotografía hermosa, un gran diseño de personajes, la clásica cuota de humor y con una historia que no para de crecer, Pixar, una vez más, ha dado en el blanco con un producto que sin prometer nada, termina cumpliendo.