Unidos

Crítica de Santiago Balestra - Alta Peli

En apariencia, uno podría decir que Unidos es una de las escasas excepciones en donde el título traducido guarda más coherencia que su original, Onward, que en ingles significa “hacia adelante.” Sin embargo, es Pixar de quien estamos hablando. Un estudio que se ha distinguido por el nivel de cuidado que presenta hacia sus guiones, y si lo vemos desde esa óptica nos vamos a dar cuenta que ese “ir hacia adelante” implica algo que va mucho más allá de la ruta que recorren los protagonistas.

On the road, again…

El atractivo de Unidos está naturalmente arraigado en sus sendas escenas de acción de índole fantástica. A esto se le suman los aspectos cómicos nucleados en la dinámica de pareja dispareja que existe entre los hermanos protagonistas. Dicha comedia también se encuentra en una subtrama que involucra a su madre y una particular criatura, saliendo paralelamente en su búsqueda por un riesgo que no anticiparon.

Sin embargo, la solidez del guion de Unidos, aquello que la hace conmovedora, va por otro lado. Para ese mencionado “ir hacia adelante”, los personajes deben soltar algunas cosas y concretar las que dejaron pendientes. O mejor dicho, un personaje es el que debe soltar y otro concretar lo que dejó pendiente.

Si bien la búsqueda de los protagonistas está relacionada a su padre, y parece hablar mucho de la hermandad, el acento que pone es en esa gente que estuvo ahí para vos y te enseñó cosas valiosas más allá de que haya un lazo sanguíneo o no. Es sobre el valor, no solo de enfrentar obstáculos físicos (tales como un largo puente invisible), sino también los emocionales (poder decir adiós a un ser querido al que no le queda mucho tiempo).

No es ningún accidente que su realizador, Dan Scanlon, se haya inclinado por elegir un mundo fantástico de elfos, magos y criaturas míticas para poner de plano ese tema.

Creer en algo muchas veces implica confiar en un instinto, en algo que puede no estar de claro manifiesto ante la simple mirada. Es una creencia que bordea casi lo religioso, donde -desde más de una perspectiva- nos valemos de historias con resoluciones improbables, las cuales tienen mucho de mágico y completamente alejado de lo lógico.

Esta religiosidad se puede ver en su paleta de colores, una muy nutrida como cualquier propuesta de Pixar, pero donde lo que predomina es precisamente la gama de azules, presente en los cielos, en la piel de los personajes y crucialmente en las movidas de magia que produce el báculo que heredan los protagonistas.

En el trabajo de voces (ello, claro está, si se inclinan por la versión en su idioma original) tenemos a un prolijo Tom Holland expresando las inseguridades de Ian, el hermano menor. Chris Pratt es quien consigue llevarse los aplausos, dándole su voz a su tiernamente temerario hermano Barley. Julia Louis Dreyfus hace un buen trabajo como su madre, pero verdaderamente destaca cuando es complementada por una Manticora, cuya voz pertenece a Octavia Spencer.