Uno más Una igual a Uno
Uno mismo (2015) narra la vida de un treintañero que se ha acostumbrado a la soledad de sus días y hace del individualismo un culto. Planteada en un tono que mezcla diversos géneros, Gabriel Arregui construye un original híbrido donde se destaca la actuación del Chino Darín.
UNO (Chino Darín) vive solo en una casa del barrio de Quilmes, sus padres murieron en un accidente (conflicto en el que no se ahonda demasiado) y ese acostumbramiento lo ha convertido en una persona individualista y algo egocéntrica. Disfruta del fútbol, la cerveza, las salchichas con puré, de bailar solo en el living y hablar por teléfono con su amigo Bigote. Va del trabajo a la casa, de la casa a la cancha y esa parece ser su rutina diaria. Es lo que quiere y no la pasa mal. Un día sale a un bar y conoce a UNA (María Duplaá). Se van a la casa, tienen sexo, más sexo y con el correr de los días UNO comienza a sentirse invadido por una situación a la que no estaba acostumbrado. No la de tener sexo casi compulsivamente, sino la de compartir su vida con otra persona.
Arregui parte de una premisa atractiva que es la de focalizar el conflicto en una generación que ha hecho del individualismo y la soledad un estilo de vida. Personas de más de 30, que han pasado mucho tiempo sin compartir la vida diaria, y que les cuesta volver a tener una relación en la que hay que ceder para construir algo a futuro. Tema que el cine no ha desarrollado y del que hay mucha tela para cortar.
La película trabaja un único punto de vista que es el de UNO, donde hay un gran trabajo del Chino Darín, actor dúctil y carismático que moldea a la perfección tanto el drama como la comedia. Con una fuerte exposición, aparece en casi el total de los planos, en solitario y con diálogos sin un interlocutor presente, logra que la película tome fuerza pese a algunos vaivenes narrativos.
Mezclando animación, videoclip, comedia romántica, humor, drama y bastante sexo, Uno mismo tiene una estética que podría definirse como pop barrial donde se bordea el realismo mágico con el absurdo. El resultado final es correcto aunque por ahí la historia daba para un poco más.