Como la mayoría de las segundas partes, Upa 2! El regreso debe seducir a por lo menos dos clases de espectadores: una audiencia que no vio la primera película –en este caso la Upa! filmada en 2006– y el público que sí la vio y, según el caso, espera una secuela superadora, igual o peor. El reencuentro con esta porción de conocedores representa un desafío considerable porque existe el riesgo de perder admiradores y por lo tanto sumar detractores, para colmo despechados. Por suerte Santiago Giralt, Tamae Garateguy y Camila Toker supieron enfrentarlo con inteligencia.
La Upa! original ganó en 2007 el primer premio de la competencia oficial de largometrajes argentinos del noveno Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente. Justo en este contexto consagratorio arranca la crónica del regreso anunciado por el título del nuevo film, y protagonizado por los mismos realizadores indies que los tres autores encarnan con intención (auto)paródica.
La primera broma de Giralt, Garateguy y Toker gira en torno al BAFICI, institución amiga en la vida real pero sometida a los dardos que la ficción lanza contra los “chicos del cine independiente”, ahora creciditos y sin embargo tan inmaduros –léase pretenciosos, mediocres, arrogantes– como nueve años atrás. Las demás humoradas son producto de una fórmula similar a la utilizada en 2006: parodiar las taras de guionistas, directores, actores que se consideran artistas iluminados mediante la recreación de una filmación condenada al fracaso y la convocatoria a figuras dispuestas a tomarse el pelo (Nancy Dupláa, Nahuel Mutti, Martín Slipak, el director Ariel Winograd, el crítico Diego Lerer se prestaron al juego de Upa 2! así como Gloria Carrá y Daniel Fanego al de la primera Upa!).
Si bien retoma la fórmula del largometraje original, el trío autoral evita caer en la mera repetición. De ahí la atinada caracterización de los protagonistas conforme al paso de los años y la decisión de redoblar la apuesta satírica en torno a los referentes consagrados. En este punto cabe destacar la buena predisposición de Dupláa y Slipak.
Un recorrido rápido por Internet no arroja registros de que Upa 2! haya desencantado a los admiradores de la precursora. En cambio encontramos este texto donde el crítico Diego Papic no sólo elogia la secuela sino que relativiza los reparos expresados ante la película de 2006. Estas constataciones invitan a imaginar que el nuevo largometraje de Giralt, Garateguy y Toker también seducirá a una buena porción de público virgen.
Los (ya no tan) chicos del cine independientes desembarcaron el jueves pasado en el Gaumont. Hasta el miércoles 19 de julio, su regreso con gloria se proyecta a las 15:20 y a las 21:20.