Con un enfoque original
La historia parte de un planteo poco visto, y los animales que la protagonizan son tiernos.
Por su abundancia de animales, el episodio bíblico del arca de Noé es carne de dibujitos animados, aunque no ha sido tan explotado en ese sentido como se imaginaría (El arca, una producción argentina dirigida por Juan Pablo Buscarini, hizo punta en 2007). La historia es conocida, pero ¿qué pasó con las criaturas que no pudieron subirse a la embarcación que Jehová mandó construir para salvar a las especies del diluvio universal?
Ese es el original enfoque de ¡Uyyy! ¿Dónde está el arca? Por mandarse una travesura, dos cachorros se quedan afuera del arca justo cuando se desata el diluvio. Entonces la película transcurre en dos escenarios: en tierra firme, donde vemos a los pequeños tratando de llegar a un punto alto para escapar de la subida de las aguas; y en el barco, donde sus padres intentan cambiar el rumbo para volver a rescatar a sus hijos.
En esta historia -recomendable para chicos de hasta siete años- no hay Noé ni ningún otro ser humano a la vista: sólo hay animales. Aunque los escenarios donde transcurren las acciones son bastante básicos, los dibujos de los protagonistas son tiernos. Casi todos tienen una textura que los asemeja a peluches, especialmente padre e hijo nestrianos. ¿Nestrianos? Adorables seres fantásticos que son excluidos del arca, pero se suben como polizones.
Ellos no son los únicos que no figuran en la lista de invitados: el cachorro nestriano y su amiga grimpa -una especie de zorro- encontrarán a otros en sus aventuras. Ese es un buen giro del guión: al final, descubrimos que los marginados no habían sido admitidos por su capacidad de evolución; si antes del diluvio no encontraban su lugar en el mundo, después descubren que el agua es su elemento. ¿Moraleja? Un par. Una: el trabajo en equipo y la solidaridad son más fructíferos que el individualismo. Otra: todos tenemos cualidades, sólo debemos encontrar el medio donde aplicarlas. ¿Será cierto?