Volvió Mel Gibson. No es que no lo hayamos tenido en la pantalla durante este tiempo, en todo caso podríamos decir que volvió aquél que no veíamos desde 1999 en “Revancha”, aunque la que nos convoca hoy está uno o dos escalones más abajo.
Un tipo (Mel Gibson) escapa de la policía fronteriza de USA, y a su vez de la Mexicana. Lleva mucha guita en el auto y un cómplice baleado y moribundo. “Mejor afuera que en casa” piensa, y se manda por una rampa al otro lado. Cuando los polis ven el botín, todos los personajes y los espectadores entienden: esto es por plata. El viejo y siempre bien ponderado dinero es el que tantos tiros y guiones del género ha pergeñado.
Así, resulta fácil olvidar por un momento (96 minutos) la línea de pensamiento de Gibson, para sólo centrarse en el entretenimiento.
El tipo va a la cárcel que se plantea como un mundo aparte con sus reglas, condiciones, y obstáculos que deberá sortear para irse y salvarse con ayuda de un chico que conoce allí.
“Vacaciones explosivas” (¿a quién se le habrá ocurrido un título tan disparatado?) se llama en realidad “Get the Gringo” (“Agarren al gringo”), término semidespectivo con el que en México se refieren a los estadounidenses. La trama tiene todos los condimentos necesarios e imprescindibles para ser digna exponente del género de acción. El mundo es corrupto, así que aquí no se salva nadie de serlo pero, como suele construirse en este tipo de argumentos, el espectador sentirá una simpatía natural por el “menos malo”. Punto. Adelantar algo más sería anticipar gran parte de la duración de la película que, por cierto, anda muy fino entre la obviedad y el entretenimiento.
Las secuencias de acción son propias de la violencia que a Gibson le gusta mostrar (hay que aclarar que también escribió el guión), y están indudablemente bien hechas. Me gustaría ver por donde entrarle un poco más al análisis de este producto para que el director de esta página no me corra a garrotazos por la escueta extensión del texto, pero, créame, que a esta altura no hay mejor manera de ser directo y conciso. Es una de tiros con Mel Gibson, que respeta precisamente eso