Razones para ver "Vacaciones", quinta entrega de la comedia que comenzó en la década de 1980
Empaquen las maletas, suban al auto, ajústense los cinturones y déjense llevar por la flamante Vacaciones, quinta entrega de la franquicia que se hizo popular en la década de 1980 gracias a la efectividad de su guion, firmado por John Hughes, y a la actuación memorable de Chevy Chase en el papel del ya mítico padre de familia Clark Griswold.
Lo que hizo John Hughes en 1983, año en el que se estrenó la primera, fue diseñar un guion con una estructura efectiva y simple, que consiste en una sucesión de disparatados chistes en forma de sketches (aunque no llegan a serlo) que convierten a las aventuras ruteras de los Griswold en un caos hilarante.
En esta oportunidad es Ed Helms (¿Qué pasó ayer?) el encargado de interpretar al hijo crecido de Clark, Rusty Griswold, un piloto de avión que lleva una vida rutinaria y anodina y que, por eso mismo, decide emprender un viaje en auto con los suyos para ver si con el cambio de aire mejora su situación y salva la familia, sobre todo su matrimonio, que está en crisis. El destino es Walley World, un parque temático que está a 4.100 kilómetros. Por supuesto, su esposa (Christina Applegate) e hijos (Skyler Gisondo y Steele Stebbins) no quieren saber nada pero Rusty los convence.
La cantidad de chistes que se dispara de entrada nomás, cuando apenas alquilan el auto súper moderno en el que viajarán, alcanza y sobra para toda la película. El resto es asistir a una ristra de gags fulminantes en cada una de las paradas que hace la familia. No faltan los paisajes característicos de los Estados Unidos, la escena obligatoria de la ducha en el motel, el momento creepy, la famosa charla entre padre e hijo y, por supuesto, la infaltable chica despampanante en la Ferrari.
Y, como si todo esto fuera poco, también está el blondo Chris Hemsworth como el tío Stone, cuya aparición en bóxer es para los anales de la historia de la comedia americana.
Vacaciones satisface y hace reír a carcajadas. Repite la estructura de las anteriores y su humor incorrecto pero no se queda en eso y aporta lo suyo, con situaciones adaptadas a los tiempos que corren. Los personajes son queribles y ninguno está de más, todos hacen su aporte para que el filme dirigido por John Francis Daley y Jonathan M. Goldstein no decaiga nunca. La utilización de las canciones destacan por su sincronismo y armonía (por ejemplo cuando suena Summer Breeze, de Seals and Croft, en el momento “chico conoce a chica”).
A la famosa frase que dice que lo que importa es el viaje y no el destino, acá se la da vuelta: lo que importa es el destino, ya que el viaje siempre es una mala experiencia para los personajes. Lo importante es llegar a destino cueste lo que cueste, porque es ahí donde está la felicidad.