Visualmente apabullante, cruce de Avatar con Star Wars y Blade Runner, Valerian es la nueva osadía de Luc Besson, capaz de manejar presupuestos hollywoodenses para rendir culto, como en este caso, a un comic cuya adaptación tiene en la cabeza desde hace años. Son más de dos horas de aventura intergaláctica con una imaginería que asombra alrededor de una pareja de héroes casi adolescentes que, en el espacio infinito, defienden a una civilización oprimida por un villano interpretado por Clive Owen. Ambiciosa, simpática, aunque algo inconexa y caótica, Valerian ofrece un gran espectáculo. Eso sí, sin emoción ni demasiada "alma". Todo no se puede.