Voy a defender mucho a esta película. Tal vez sea el único que lo haga.
En materia ciencia ficción pura y dura es de lo mejor que se ha hecho en el último tiempo.
Aclaro que jamás leí un comic de Valerian y Laureline en mi vida, así que este es el primer acercamiento que tengo con los personajes pese a que existen desde 1967.
Asimismo, no quedan dudas sobre lo que muchos vienen diciendo hace décadas: George Lucas choreó de lo lindo a este universo para darle vida a Star Wars.
Pero poco importa para esta película porque a muchos le han robado a la galaxia de Darth Vader y compañía a lo largo de los años, a tal punto que este estreno pasaría a ser uno más (aunque no lo sea).
Lo primero que destaco es la aventura. Está planteada de la misma manera en la cual se hacía en el cine de los 80s, pero sin el exceso de nostalgia muy de moda hoy en día. Aquí se siente verdadera por el tipo de film que es y cómo se aborda a los personajes y el conflicto.
Y en cuanto a la pareja protagónica, critico la falta de presentación e introducción. Se da por sentado muchas cosas y eso hace que al espectador le cueste empatizar con su vínculo.
En esa misma senda, la elección de Dane DeHaan no es la más adecuada para el papel porque no logra transmitir la vibra del antihéroe/aventurero.
Aún así, la química que tiene con Cara Delevigne es innegable, y ella sí que está espectacular en el rol.
En términos de realización es un caso para destacar dado a que no nos encontramos ante un film de Hollywood por más que lo aparente. Se trata de una producción europea.
El director Luc Besson le pone toda su impronta y pasión a un proyecto en el cual viene laburando hace más de diez años.
Es muy fácil trazar paralelos con El quinto Elemento (1997), no solo por el estilo sino también porque da la sensación de que ambas películas forman parte del mismo universo.
Los efectos visuales son geniales, lo mismo que la fotografía y el montaje.
La historia entretiene si te dejás llevar y te sumergís, aunque a algunos se les puede hacer un poco larga.
Valerian y la ciudad de los mil planetas es la última gran película de ciencia ficción de la vieja escuela pero con efectos modernos. Estas ya no se hacen más, ni si quiera remakes y ni si quiera las nuevas Star Wars.
Un caso perdido, una excepción, de la misma manera que fue John Carter en 2012, y parece que va a parar al mismo lugar. Ojalá me equivoque porque me quedé con muchas ganas de ver más aventuras de Valerian y Laureline.