Esta versión es episódica, a la manera de una recorrida por cuadros, y tiene como eje un trabajo superlativo de Willem Dafoe
La historia de Vincent Van Gogh es de las más –y mejor– transitadas por el cine (“Sed de vivir”, de Minelli o “Van Gogh”, de Pialat, por ejemplo).
Esta versión de Julien Schnabel, que trabaja la relación cine-plástica (lo hizo en Basquiat hace más de dos décadas) es episódica, a la manera de una recorrida por cuadros, y tiene como eje un trabajo superlativo de Willem Dafoe, que actúa –y sobreactúa– a puro gusto al pintor holandés.