Consorcistas unidos por el peligro
Vecinos es una eficaz comedia negra
Los habitantes de los edificios de departamentos desconocen, casi siempre, lo que les ocurre a sus vecinos. Sin embargo, y cuando las circunstancias lo requieren, todos ellos se asocian para enfrentar algún problema que pueda hacer peligrar esa tranquila cotidianidad. En este caso, el ingreso a una de las viviendas de dos desconocidos en busca de un bolso con dinero. Todos quienes poco antes casi se desconocían procurarán salir de esa angustiosa situación en momentos en que los delincuentes intentarán huir con el suculento botín.
Así se juntarán una casi anciana solitaria, una prostituta de lujo, un portero cómplice de alguno de los vecinos y otros personajes que se empeñarán en impedir que el robo se lleve a cabo. Poco a poco, el clima se va enrareciendo hasta poner a sus protagonistas en una situación tan insólita como peligrosa.
El realizador trazó, sobre la base de un guión de María Meira, las facetas de una comedia negra con algunos toques de humor y algunas pinceladas de dramatismo en torno de alocadas situaciones que, si por momentos caen en la exageración, no por ello dejan de lado la pintura de seres humanos en los momentos más comprometidos de sus vidas.
La comedia negra, un género no muy transitado por la cinematografía nacional, halla en Vecinos una buena muestra de que nuestra pantalla puede transitar con comodidad por otros caminos, y así Rodolfo Durán logró con su problemática un film que entretiene y permite descubrir las aristas más profundas de los hombres. Para ello supo rodearse de un elenco solvente -Tina Serrano vuelve a mostrar su indudable oficio para este género; Mercedes Funes logra atrapar con seguridad a su insólito personaje, y Antonio Ugo reafirma su calidad de actor-, mientras que los rubros técnicos responden con seguridad a la propuesta.