Bipolaridad humorística
Neighbors es una comedia bipolar, que por momentos explora rutas alternativas, originales y sumamente interesantes para el humor, y el resto del tiempo tan solo rellena su contenido con recursos gastados de la típica comedia para adolescentes.
Algún que otro chiste con matices sexuales, o incluso explícito, suele ser divertido, dependiendo de su contexto; pero cuando el tema se torna recurrente, es difícil no cansarse de lo mismo una y otra vez. Es curioso el guion de Neighbors, porque en su médula argumental contiene muy buena materia prima, con escenas muy divertidas, y luego tan sólo se remite a mostrar erecciones, drogas, consoladores y un par de imágenes más desagradables que graciosas. Lo grotesco, ya sea por repetición o por contenido, no hace más que opacar lo satírico dentro de la película, que termina siendo apenas una propuesta más en su género.
Yo me divertí con ciertos segmentos de la película, y no pude evitar sorprenderme con la gran actuación de Rose Byrne, quien se destaca por sobre el resto en una faceta desconocida dentro de su trayectoria actoral. Sin embargo, la película no es más que una buena idea arruinada por la excesiva e innecesaria vulgaridad que suele hacer reír sólo a aquellos que atraviesan, a paso acelerado, la inevitable edad del pavo.