Hermanos sobre ruedas
¿Cuántas películas han tomado al automovilismo como punto de partida? Si contabilizamos las horas de todos los largometrajes, seguramente tendríamos una de las carreras más largas de la historia, ya que el género de acción que refleja el mundo de la competencia profesional ha brindado cientos de miles de ejemplos a lo largos de los años.
Hace un tiempo “Rush” se impuso como el modelo más acabado de este tipo de cine, tomando un hecho de la vida real para transformarlo, según dicen las malas lenguas por un problema con el presupuesto que finalmente contaron, en una propuesta con los guiones más inteligentes de los últimos tiempos.
Y si en el cine local tuvimos “El desafío”, con Pablo Rago a la cabeza de un equipo de TC, los italianos, padres en parte de toda la locura por las carreras, tenían que aggiornar a su uso el género.
Así es como Matteo Rovere (“Gli Sforatti”, que levantó polémica en cada lugar donde se proyecto) se decidió a narrar en “Veloz como el viento” la historia de dos hermanos (hay un tercero, menor) que deberán, tras la muerte del padre, dueño de una escudería, trabajar en conjunto para poder recuperar la casa familiar.
El hecho disparador de la acción, es que mientras Giulia (Matilda De Angelis) sueña con triunfar en las carreras para honrar a su padre, deberá convivir con Loris (Stefano Accorsi) un drogadicto y vago que querrá a como dé lugar tomar posesión en el lugar.
Con el correr de los días ambos se darán cuenta que se necesitan y en el relato de esos encuentros y desencuentros, más la dinámica de la velocidad de las pistas (Rovere incorpora imágenes contundentes sobre las carreras) es que “Veloz como el viento” potencia su propuesta.
La principal virtud de este filme es que permite acercarnos a una Italia alejada del glamour, y que además debe sostenerse en el medio de la crisis que azota por todos lados, hablando de la resistencia de los habilidosos por sobre los más potentados, aquellos que siempre con ingenio, tezón y mucha pasión terminan por ganar todas las carreras.