Liam Neeson pasa de ladrón a héroe de acción
El film dirigido por Mark Williams hace un leve cambio de roles para contar la misma historia de siempre que tan bien le sienta al actor de “Búsqueda implacable”.
A esta altura del partido mejor que hablar de los defectos y virtudes de Venganza implacable (Honest thief, 2020) resulta de mayor utilidad decir en qué se diferencia esta película de Liam Neeson de las otras películas de Liam Neeson.
Hay a simple vista hace un leve cambio de roles, Neeson interpreta a Tom Carter, un ladrón de bancos apodado “el bandido que entra y sale”, por su efectividad en los atracos y las pocas pistas que tiene la policía para detenerlo. Un día Tom conoce a Annie (Kate Walsh) de quien se enamora perdidamente y decide poner fin a su vida delictiva.
Pero los policías (Jay Coutney y Anthony Ramos) deciden quedarse con el motín, matan a su jefe (Robert Patrick, el inolvidable villano de Terminator 2) y pretenden eliminar a Tom, quien debe escapar, demostrar su inocencia y salvar a la chica.
La película cambia para que nada cambie. Neeson empieza como el villano y las circunstancias lo convierten en héroe de acción. Claro que es un villano poco probable, explica que robó por injusticias sufridas, y que además decidió entregarse y devolver el dinero. Cuestión que otorga sentido al título original “Ladrón honesto”.
Sin embargo el título local hace un evidente juego de palabras para que relacionemos este film con la película Búsqueda implacable (Taken, 2008), con la que comparte algunas similitudes narrativas: debe hacer uso de sus habilidades del agente especial que alguna vez fue, debe resolver el misterio antes que el policía bueno lo atrape (Jeffrey Donovany, Justicia implacable, Déjalo ir), y debe rescatar a la chica antes que los malos (los policías corruptos) la dañen. Todo un héroe de acción, o mejor dicho, el mismo de siempre.