No hace mucho, cuando estaba por estrenarse Búsqueda implacable 3, hubo en Twitter, una suerte de meme: “Hagamos una cadena de oración para que no le secuestren más familiares a Bryan Mills”, el personaje de Liam Neeson.
Es que el actor de La lista de Schindler y Kinsey ya venía patinando con la saga creada por Luc Besson. Y también era (y es) cierto que el papel de justiciero por mano propia lo viene gastando. Al papel , y a él mismo.
Con Venganza, claro, vuelve a repetir ese rol, pero la película de Hans Petter Moland no se toma demasiado en serio el asunto.
O sí, pero también lo parodia.
Veamos.
Cold Porsuit, el título original, hace referencia a una fría persecución. Nels Coxman (Neeson) se gana la vida despejando los caminos de nieve de su pueblo. Es más: le han dado el premio al ciudadano del año. Suesposa (Laura Dern) lo apoya y lo mima. Pero, siempre hay un pero, en esta película, un hecho fatal quiebra la armonía del hogar alejado, acogedor y siempre con leños encendidos.
Alguien ha asesinado al hijo de ambos. El joven se ganaba la vida, en el aeropuerto, moviendo valijas. Parece que los popes de la droga lo confundieron con quien habría hecho de las suyas con un cargamento.
Se equivocaron.
Y Coxman no se equivocará.
Decíamos que el filme parodiaba al género, y lo hace de una manera novedosa. Los muertos serán muchos, muchísimos, y no todos caerán en la nieve por culpa de Coxman. Y cuando un personaje muere, aparece una musiquita y una placa negra con el nombre del occiso, y su religión.
Eso no es todo. Hay momentos en los tiroteos, o en los momentos en que se pone en juego la vida de uno, o muchos, en los que los apuntes del realizador noruego vuelven al filme de acción en un verdadero, auténtico juego de comedia.
Hans Petter Moland, en Venganza, hace lo que muchos directores no quieren: hacer la remake de una película propia. El prurito suele ser qué le pueden aportar de nuevo a una historia que ya contaron.
Bueno, aquí lo tiene a Neeson, que se muestra impávido la mayoría de las veces que debe eliminar a uno de los malos, no sin antes sacarle información, para seguir escalando en la cadena de responsabilidades, hasta llegar al capo de todos.
La película abre una vertiente, que termina siendo más que una subtrama, con el pueblo originario del lugar y la relación que tuvo su jefe con el padre del malvado de turno. Por supuesto, todo se une, y si todo no se transforma en el género de acción, al menos aquí hay una veta entretenida. No es una más de Liam Neeson.