Venom

Crítica de Alexis Puig - Infobae

Venom es uno de los antagonistas más populares del Universo Marvel, y quizás merecía una película en solitario. Pero sin duda, su paso al cine tenía que ser jugado como el de Deadpool. El filme de Ruben Fleischer (mediocre director con solo una muy buena película en su haber, Zombieland, y varios fracasos fílmicos) se queda a mitad de camino y no llega a ser todo lo oscura y terrorífico que debería.

Eddie Brock (Tom Hardy) es un periodista que descubre como una empresa está ejecutando secretamente experimentos ilegales en seres humanos y realizando pruebas que involucran formas de vida extraterrestres y amorfas conocidas como simbiontes. Durante una visita furtiva a la central, el reportero quedará infectado por un simbionte. Comenzará entonces a experimentar cambios en su cuerpo y escuchará una voz interior, la del simbionte Venom, que le dirá lo que tiene que hacer.

Alejada también de las modernas historias del MCU, el filme parece salido de la década del noventa, con malos efectos digitales, chistes rancios y un guion carente de matices. Hardy luce perdido, y parece difícil que vuelva para una secuela, ya que el filme es un paso atrás en su interesante carrera.