Con absoluta sensibilidad, con total pudor, el film narra cómo una niña que acaba de perder a sus padres tiene que adaptarse a la nueva familia que la adopta. Aunque el punto de partida parece excesivamente dramático, la película prefiere ser lateral para transmitir las emociones sin golpes bajos, incluso -cuando corresponde- con humor. Una obra notable, a contrapelo del cine que nos atosiga cada semana.