Verdad o Reto es un sabor amargo y decepcionante en el que el guión, las actuaciones y dirección no funcionan correctamente.
Con los brazos abiertos se espera cualquier producción de BlumHouse luego de The Purge, Get Out, Split, Whiplash y Paranormal Activity, entre otras. Pero esta vez, sorpresivamente decepciona con su nueva película “Verdad o Reto”. La misma está dirigida por Jeff Wadlow (Kick-Ass 2) y protagonizada por Lucy Hale, Tyler Posey (Teen Wolf) y Violett Beane (The Flash).
La historia se ubica en Estados Unidos, cuando un grupo de amigos se va de vacaciones de primavera a México. Con una reiteración del uso de tecnologías contemporáneas para resolver los problemas que se presentan, se entiende que transcurre en 2018 aproximadamente. En ese viaje van a conocer a Carter, un joven que seduce Olivia (Lucy Hale) y la lleva a ella con los amigos a una casa para jugar el conocido juego -que lleva el nombre del film- verdad o reto. Hay que elegir entre decir la verdad a una pregunta o cumplir una prenda que el resto proponga. Lo que no saben, es que empezar a jugarlo es mortal. Literalmente.
No solo el juego los persigue donde quieran que estén, sino que deben ajustarse a las reglas. Obviamente que las preguntas y propuestas no las hacen entre ellos. De eso se encarga un espíritu que trastorna a los jugadores al punto de hacerles ver cosas que nadie más puede. Y si por alguna razón no cumplen el reto o mienten, mueren de forma trágica.
Esto desencadena un sinfín de problemas, ya que con el objetivo de decir la verdad, revelan los secretos más guardados que aíslan a sus seres queridos, como por ejemplo contar que una amiga engañó al novio en varias oportunidades. También hay graves o -mejor dicho- peores inconvenientes cuando la elección es “reto”. El espíritu es capaz de hacerles hacer cosas terribles como romperle la mano con un martillo a alguien o directamente matarlo.
La premisa es sumamente alentadora, cualquier cosa puede ocurrir en dicho escenario. El problema es lo que resolvieron por parte del director y el guión. Llega al punto de dejar de sorprender (como ocurre en un comienzo) por hacerse reiterativo y predecible. Tampoco es bueno el desarrollo de los personajes por no formar bien las personalidades. Cambian de humor, de carácter y de forma de pensar en segundos, sin siquiera tener un por qué. Introduce diferentes historias para crear subtramas que no funcionan ni generan empatía.
Termina siendo una comedia -irónica- oscura más que un largometraje de terror. En este tipo de producciones de bajo presupuesto, las actuaciones no suelen destacarse -y ésta no es la excepción- pero las historias son lo suficientemente sólidas y entretenidas como para pasar un buen rato (o susto). Esto no pasa en Verdad o reto. Deja un sabor amargo y decepcionante en el que el guión, las actuaciones y dirección no funcionan correctamente.