Paternidad responsable
La paternidad como necesidad es el planteo sobre el que se erige Vergara (2018), película en la que Sergio Mazza (Graba, El Gurí) trabaja, pero desde otro lugar, el tópico incursionado en el documental Natal (2010).
Marcelo Vergara (Jorge Sesán) no está en el mejor momento de su vida. Cerca de los 40 años pierde a su novia y el trabajo de locutor de radio casi al mismo tiempo. Para colmo de males Vergara no es el tipo más sociable del mundo, tiene un único amigo y una familia con la que no se lleva demasiado bien. En medio de esta crisis aparece la necesidad de ser padre sin importar con quien.
Si en su documental Natal Mazza abordaba el periodo gestacional de un embarazo a través de su experiencia personal, en Vergara ficcionaliza la etapa anterior vinculada con el deseo y la imposibilidad. El foco está puesto en el hombre y ya no en la mujer, trabajando sobre cuestiones como la fertilidad con total normalidad sin que la masculinidad sea puesta en duda. Marcelo se somete a una serie de estudios sin ningún tipo de cuestionamientos ni reproches.
Filmada en las inmediaciones de la ciudad de Rosario, con una estética visual compuesta de planos fijos y simétricos, evitando casi por completo el plano y contraplano, Vergara se corre de algunos lugares típicos que viene trabajando el cine argentino como la inmadurez y la resistencia al paso del tiempo con personajes cuarentones que siguen actuando como adolescentes. Vergara será poco cortés, apático, tosco e individualista pero también es responsable de sus actos y maduro, aunque quiera salirse con la suya y no involucrar a los demás.
Vergara es una comedia dramática en la que Mazza apuesta por el humor ácido y seco con referencias al cine de Woody Allen y Noah Baumbach, y en donde los diálogos son tan protagonistas como la banda sonora jazzística que le brinda un estilo vintage.